Prensa

Mina, Berria

Con motivo del hallazgo de una serie de fotografías de la monarquía española, que el escritor Willy Uribe anunciaba en su blog, diario Deia publica hoy un artículo al respecto firmando por José Basurto y titulado 'La monarquía española, en la basura':

EL escritor y fotógrafo getxotarra Willy Uribe dice que no tiene "nada que ver con Diógenes", pero reconoce que siempre le ha gustado "pescar en la basura". Fruto de esa afición, se encontró recientemente un centenar de viejas fotografías originales de la monarquía española en un contenedor en Getxo, según desvela en la página www.sigoleyendo.es, donde ha hecho público el descubrimiento. Estaban dentro de una caja de zapatos junto a varios libros de temática religiosa y algunas cartas personales, que no quiso recoger, y en cuanto vio en una de las fotografías a Alfonso XIII pensó que aquello "era algo histórico". Y así fue. Entre ellas encontró históricas imágenes de María Cristina de Habsburgo-Lorena con sus hijos, del rey Juan Carlos con sus dos hermanos en Suiza en 1943, y de la familia real en Donostia, entre otras. A su juicio, estas últimas son las más bonitas, aunque todas merecen la atención. "Quiero investigar un poco más acerca de estas fotografías, porque cada una tiene su historia", señaló ayer el escritor vasco a Europa Press. Entre ellas se encuentran varias instantáneas de la boda de Juan de Borbón, "en las que se esconden muchos personajes que tienen su historia y me gustaría averiguar", dice.

Muchas de las fotografías estaban acompañadas de sellos, de Madrid, Bilbao y San Sebastián, "por lo que estarían destinadas, seguramente, a la venta", señala el escritor. Además, algunas de ellas "son muy buenas", dice, y posiblemente sean copia del negativo original, "ya que tienen una gran calidad".

Por lo que se refiere a la pertenencia del tesoro, Uribe dice que desconoce quién pudo abandonarlo. Únicamente desvela que lo encontró "en la zona de Neguri y Las Arenas, donde hay mucha gente que ha sido monárquica toda su vida y, quienes cambiaron con el franquismo, lo hicieron por conveniencia". "Allí hay muchas casas que guardan muchos tesoros", apunta el escritor y fotógrafo vasco.

MONARQUÍA Willy Uribe se pregunta en la página web donde ha dado a conocer el hallazgo "por qué alguien pude tirar a la basura casi un siglo de historia". "¿Tal vez porque tiene que ver con la monarquía?, ¿confundió las fotografías con recortes de prensa rosa o ni siquiera miró lo que contenía aquella caja?, ¿en qué desván ha dormido la monarquía todos estos años". Estas son algunas de las interrogantes que plantea el escritor sobre el descubrimiento. Lo que le da pie para hacer una reflexión sobre la familia real española. En su opinión, "columpiada en las dictaduras de Primo de Rivera y Francisco Franco, y buscando aún un lugar en la democracia, la monarquía española necesita una urgente actualización". Y concluye con sorna sobre este tema: "Porque las fotografías que encontré en el contenedor azul tienen el valor de los bonos basura". A Uribe, tal y como él reconoce en la web, le gusta "pescar en la basura", aunque deja bien claro que "esto no tiene nada que ver con Diógenes". Gracias a ello ha conseguido cosas valiosas y curiosas. Por ejemplo, Uribe confiesa haberse encontrado: "La mesa sobre la que trabajo, la silla donde me siento, la mesilla del despertador,La Odisea de Homero, dos tablas de surf, las Oeuvres Complètes de Jacques Delille (en francés y editado en 1817), una jarra de barro, una pelliza, una caja de abrir bolis Bic de punta fina, una camiseta de los Rolling Stones, un frasco de Chanel nº 5, un flexo de mesa, el Dictionarie de la fable de Fr. Noel (en francés y editado en 1822), un atlas de 1885, un tambor de hojalata...". Seguro que con todo este material y lo próximo que se encuentre en un contenedor, Uribe sacará a la luz una nueva novela de éxito.

kepa murua, urolako hitza

Javier Mina presentó ayer en Pamplona su nueva creación literaria, La mirada fósil, un ensayo en el que presenta un compendio de lo que la humanidad ha sentido acerca de la ceguera desde la Antigüedad hasta el presente.

Acompañado por Fátima Frutos y Javier López de Muniáin, Mina ofreció ayer algunas de las claves que le llevaron a embarcarse en esta aventura literaria así como los entresijos de una obra erudita a la par que amena. Una descripción ésta que parte del acertado análisis que de las características la obra hizo Fátima Frutos. "Muchas veces nos encontramos con ensayos farragosos, pero éste no es el caso. Se trata de una obra amena, asequible al gran público, que entretiene y con la que se aprende. Por otra parte, la obra cuenta con un gran sentido integrador a la par que se presenta como un texto innovador, ya que en lugar de centrarse en lo economicista, que es lo habitual en los ensayos actuales, se centra en un tema social, algo que se desgraciadamente se toca muy poco". Como última característica, Frutos apuntó la erudición del autor.

Por su parte, a la hora de desglosar los entresijos de su obra, Javier Mina puso el punto de origen de La mirada fósil en su estudio de los totalitarismos. "Todo surgió al empezar a estudiar los totalitarismos y verlos desde términos ópticos, ya que el Estado totalitario es el que quiere llegar al fondo del alma de todos para verlo todo. Pero, al mismo tiempo, surge la idea de no ver, ya que si no veo al prójimo o no quiero ver lo que sucede, eso favorece a los totalitarismos. Al tocar esto es cuando empezaron a salir cosas de los ciegos, tanto en lo que se refiere a las cegueras simbólicas, el que no quiere ver, como el que no ve de verdad".

En este sentido, y aunque la ceguera es un campo ampliamente tratado a lo largo de los años en los diferentes ámbitos literarios, Mina resaltó que su obra lo que aporta con respecto al resto es el hecho, precisamente, de que "incide en la parte literaria, en el tratamiento que la literatura ha dado a la ceguera; ésta sería la parte novedosa, aunque con esto no quiero decir que nadie haya hablado así de la ceguera... Pero reagrupar las referencias y ofrecer ese distingo entre la literatura que hace referencia a las personas que no ven y aquella que la utiliza con carácter simbólico, para hablar de otras cosas, esa creo que es la principal aportación de esta obra". Un texto para el que el autor no ha mantenido contacto con personas ciegas. "Si yo estuviera buscando explicarme como percibe el mundo alguien que carece de vista, posiblemente habría tenido que ir a entrevistar... Pero no he querido meterme ahí, porque lo que yo quería explicar es cómo los que tenemos vista, vemos a los ciegos".

En esta explicación radica el quid de este libro, aunque, a su vez, el autor también marca, como es de recibo, otros objetivos para el texto. "Uno de los objetivos fundamentales del libro es tratar de que nos fijemos en los ciegos, ya que parece que solo forman parte del paisaje... Si quieres ir a comprar un cupón pues vas donde hay un ciego, pero poco más. Creo que tiene cierta importancia intentar hacerlos visibles. Y, por otra parte, en cierta manera también intenta mostrar la carga que han sufrido los ciegos a lo largo de la historia, ya que han estado muy fastidiados y han tenido que ganarse las cosas muy a pulso, peleando además con visiones muy raras que se han tenido de ellos, desde ser el blanco de las burlas hasta tacharles de pecadores".

La información procede de Noticias de Navarra.

Un cuadro que inspira un poemario. Unos versos que hacen nacer más pinturas. Dos idiomas que dicen lo mismo sin que haya una traducción exacta de por medio. Un diseño circular que responde al espíritu del trabajo y que lleva al lector a un juego en el que para avanzar es necesario retroceder. Todo eso y mucho más encierra el nuevo trabajo de Ángela Serna.

Angela Serna, Diario de Noticias

La desmesura del círculo es el título de un libro-objeto publicado por Arte Activo, que ayer tuvo un primer contacto con la prensa pero que se encontrará con los lectores que lo deseen el lunes a las 20.00 horas en la sociedad Irrintzi. Todo tiene su explicación, aunque será quien asista el que lo disfrute. Luego llegará el 6 de enero y habrá presentación también en Burdeos, junto al nuevo libro de Florence Vanoli, quien en el de la autora vitoriana hace también de prologuista.

Pero eso ya se producirá. De momento, la obra empieza ahora un nuevo camino, el de encontrarse con el lector. El pasado comenzó en 2006, frente a un cuadro de Claude Abad. Ahí es donde Serna comenzó a darle vueltas al círculo. La escritura fue surgiendo sobre los temas que siempre le interesan, es decir, los que tienen que ver con la propia existencia. A su vez, la escritora fue mandando sus textos al pintor, que también se sintió inspirado. Todo se puede aprovechar.

Sin embargo, a la autora le apareció un problema que no supo resolver. Tenía el fondo y sabía cómo quería la forma pero no qué camino debía buscar para plasmarla. Hasta que hace poco se cruzó en su camino José Julio Arregui, que lo resolvió todo en un momento. Había un programa de ordenador que posibilitaba de manera sencilla lo que Serna quería.

Eso sí, hay otro detalle en la forma que es importante, la obra está escrita en francés y luego adaptada por la propia autora al castellano. Y los dos idiomas están presentes en el libro, cada uno empezando por un lado distinto para encontrarse justo en el medio donde no hay más letras sino, volviendo al principio del círculo, los cuadros de Abad.

"Me interesaba mucho la idea del círculo como vacío, siguiendo las reflexiones de Jorge Oteiza" describe la autora, que a la hora de hablar del resultado final prefiere referirse al término espiral. "Es un trabajo en el que está la esencia, aquello que se desvanece en el momento, que parece que no puedes alcanzar", apunta el editor, Roberto Lastre.

La noticia aparece hoy en Noticias de Álava.