Javier Mina presentó ayer en Pamplona su nueva creación literaria, La mirada fósil, un ensayo en el que presenta un compendio de lo que la humanidad ha sentido acerca de la ceguera desde la Antigüedad hasta el presente.

Acompañado por Fátima Frutos y Javier López de Muniáin, Mina ofreció ayer algunas de las claves que le llevaron a embarcarse en esta aventura literaria así como los entresijos de una obra erudita a la par que amena. Una descripción ésta que parte del acertado análisis que de las características la obra hizo Fátima Frutos. "Muchas veces nos encontramos con ensayos farragosos, pero éste no es el caso. Se trata de una obra amena, asequible al gran público, que entretiene y con la que se aprende. Por otra parte, la obra cuenta con un gran sentido integrador a la par que se presenta como un texto innovador, ya que en lugar de centrarse en lo economicista, que es lo habitual en los ensayos actuales, se centra en un tema social, algo que se desgraciadamente se toca muy poco". Como última característica, Frutos apuntó la erudición del autor.

Por su parte, a la hora de desglosar los entresijos de su obra, Javier Mina puso el punto de origen de La mirada fósil en su estudio de los totalitarismos. "Todo surgió al empezar a estudiar los totalitarismos y verlos desde términos ópticos, ya que el Estado totalitario es el que quiere llegar al fondo del alma de todos para verlo todo. Pero, al mismo tiempo, surge la idea de no ver, ya que si no veo al prójimo o no quiero ver lo que sucede, eso favorece a los totalitarismos. Al tocar esto es cuando empezaron a salir cosas de los ciegos, tanto en lo que se refiere a las cegueras simbólicas, el que no quiere ver, como el que no ve de verdad".

En este sentido, y aunque la ceguera es un campo ampliamente tratado a lo largo de los años en los diferentes ámbitos literarios, Mina resaltó que su obra lo que aporta con respecto al resto es el hecho, precisamente, de que "incide en la parte literaria, en el tratamiento que la literatura ha dado a la ceguera; ésta sería la parte novedosa, aunque con esto no quiero decir que nadie haya hablado así de la ceguera... Pero reagrupar las referencias y ofrecer ese distingo entre la literatura que hace referencia a las personas que no ven y aquella que la utiliza con carácter simbólico, para hablar de otras cosas, esa creo que es la principal aportación de esta obra". Un texto para el que el autor no ha mantenido contacto con personas ciegas. "Si yo estuviera buscando explicarme como percibe el mundo alguien que carece de vista, posiblemente habría tenido que ir a entrevistar... Pero no he querido meterme ahí, porque lo que yo quería explicar es cómo los que tenemos vista, vemos a los ciegos".

En esta explicación radica el quid de este libro, aunque, a su vez, el autor también marca, como es de recibo, otros objetivos para el texto. "Uno de los objetivos fundamentales del libro es tratar de que nos fijemos en los ciegos, ya que parece que solo forman parte del paisaje... Si quieres ir a comprar un cupón pues vas donde hay un ciego, pero poco más. Creo que tiene cierta importancia intentar hacerlos visibles. Y, por otra parte, en cierta manera también intenta mostrar la carga que han sufrido los ciegos a lo largo de la historia, ya que han estado muy fastidiados y han tenido que ganarse las cosas muy a pulso, peleando además con visiones muy raras que se han tenido de ellos, desde ser el blanco de las burlas hasta tacharles de pecadores".

La información procede de Noticias de Navarra.