Proyecto escritorio (Irazoki)
- Details
- Written by Francisco Javier Irazoki
- Parent Category: Colaboraciones
Jesús Ortega reúne en Proyecto Escritorio "imágenes y reflexiones a propósito de los espacios de escritura de autores contemporáneos en lengua española. Narradores, poetas y ensayistas son invitados a participar en el proyecto con un texto breve y una fotografía". La última visita ha sido al escritorio del poeta Francisco Javier Irazoki. El texto y la foto son del autor:
«Cuando me instalé en París, hace diecinueve años, tuve un rincón íntimo en la parte alta de la vivienda. Bajo una claraboya grande y vieja que podía tocar con las manos, busqué las palabras para definirme. A las siete de la mañana, durante más de una década, me senté a la mesa de trabajo y mi nostalgia hizo más ruido que la ciudad adormecida a esa hora. En un ambiente matinal, sin otros sonidos exteriores que los de la lluvia esporádica sobre los cristales del tragaluz, nacieron tres libros aceptados y uno rechazado por el autor. Eran los tiempos del lápiz, la máquina de escribir y el ordenador fijo.
En los años recientes, gracias a los ordenadores portátiles, me he convertido en un escritor sin oficina estable. Generalmente elijo la planta baja del edificio. Cerca de la cocina, frente a una fachada acristalada que deja ver un patio de árboles de hoja perenne, glicinias y pájaros. Delante de mí viven los vecinos: el joven músico conversa con el pintor veterano, la redactora de una revista de moda escucha al tapicero. Lo principal de la estancia es la mesa. Larga, de madera exótica, compuesta de seis pies y dieciocho piezas encajadas en el tablero. Cada pieza puede sustraerse, entre risas de niños, del lugar que ocupa en el conjunto. Sobre ese mueble deposito la computadora, algún bolígrafo, escasos papeles. En la cabecera de enfrente, un frutero y la silla Hiperión, regalo de Jesús Munárriz.
La mesa fue fabricada por un pariente cercano. La hizo en un momento doloroso. Su esposa de veinticinco años se suicidó y él, para combatir una angustia invencible, quiso construir algo. Un objeto que reconstruyera la vida de su fabricante.
Más que un mueble, mi mesa es una enseñanza.»
Los Libros del Lince reedita 'Sé que mi padre decía'
- Details
- Parent Category: Noticias
La editorial Los Libros del Lince está apostando seriamente por la obra de Willy Uribe. Esta apuesta ha llevado a su editor, Enrique Murillo, a reeditar Sé que mi padre decía, novela con la que Uribe obtuvo el Premio Silverio Cañada de la Semana Negra de Gijón. Os paso la carta del propio editor en la que habla de la novela y del escritor:
Queridos amigos:
Los tiempos son difíciles, y hemos reducido a la mitad el número de novedades que sacamos anualmente, pero seguimos vivos.
La primera novela que publica en 2012 Los libros del lince es una de las mejores de Willy Uribe. SÉ QUE MI PADRE DECÍA narra la historia de lo que empieza como un sencillo plan de chantaje que, por diversos motivos, acaba torciéndose. El libro termina convirtiéndose en una narración durísima de un autor que algunos críticos comparan con Dashiell Hammett, Jim Thompson y Patricia Highsmith.
Su protagonista es Ismael, un vasco que se largó de su tierra para recorrer mundo, y que es considerado un traidor por los amigos y por la familia. Cuando era camionero en México conoció a una mujer y se casó con ella, y luego se divorciaron. Ella le escribe una carta desde Bilbao, invitándole a regresar para chantajear a un hombre de la buena sociedad, un viejo amigo de infancia de Ismael, que ahora trabaja como abogado en una seguradora de la Gran Vía bilbaína, pese a no haber terminado sus estudios de Derecho, detalle que ella ha averiguado.
Ismael regresa sin estar muy convencido. Comprueba que se le sigue recibiendo con hostilidad. Su ex esposa parece dedicarse a la prostitución de lujo. Y su viejo amigo no acepta de entrada el chantaje, sino que está dispuesto a defenderse. Un Bilbao siempre lluvioso es el escenario de la historia, cuyo desarrollo adquiere un inusitado grado de violencia cuando comienza a participar en ella un tipo extraño que el lector adivina pronto que es un miembro “durmiente” de ETA.
Uribe consigue hacer en este libro una radiografía de su ciudad y de la sociedad vasca, analizarla sin tapujos, poner al descubierto su esencia, y todo ello sin añadir un solo comentario, sino a base de la pura narración.
“Sé que mi padre decía” será publicada en francés por la prestigiosa editorial Rivages el próximo mes de mayo.
Acerca de la obra de Uribe ha escrito Fernando Savater en El País:
“Willy Uribe escribe, a mi juicio, auténticos y excelentes thrillers. Es decir, no cansinas repeticiones de Chandler o Hammett -el detective alcohólico y sentimental, el inspector maltratado por sus jefes que se enfrenta a los poderosos, etcétera-, sino tramas violentas y ambiguas, opresivas, a lo Patricia Highsmith, con protagonistas paulatinamente trastornados por la dureza existencial. Así son Sé que mi padre decía, Cuadrante Las Planas y sobre todo Los que hemos amado (Los libros del lince), una concisa obra maestra cuyo argumento gira en torno a otra de las pasiones del autor, el surf.”
Isabel Coixet, por su parte, escribió en El Periódico, tras leer Los que hemos amado:
“La mano maestra de Willy Uribe hace avanzar la trama de una manera implacable. Hacía tiempo que un libro no me producía esa opresiva sensación de atenazarme la garganta, de angustia a cada nuevo giro de la trama. […] Una historia que tienes ecos de Jim Thompson, pero que consigue ser absolutamente original. […] Una remarcable sutileza de la que deberían aprender muchos novelistas españoles contemporáneos…”
Javier Sánchez Zapatero, en La gaceta de Salamanca, cierra su elogiosa reseña de Los que hemos amado con este párrafo:
“Escrita con un estilo dinámico basado en la concisión y en la ausencia de elementos superfluos, Los que hemos amado va envolviendo poco a poco al lector hasta atraparle sin remedio con una historia densa y turbia sobre el fin de la inocencia y los límites de la maldad, que a nadie dejará indiferente. Así, con una magistral novela sobre los sueños de la juventud, el amor, la aventura, la culpa y los ritos de la iniciación, Willy Uribe se confirma como uno de los grandes narradores de su generación.”
El Cultural ha subrayado:
“Como si de una de sus novelas se tratara, pronto habrá que estudiar El Caso Willy Uribe, flamante finalista del premio Tusquets con Cuadrante Las Planas […] El escritor parece empeñado en aportar en sus artículos, y libro a libro, pruebas irrefutables de su imaginación y sensibilidad. Un consejo: no le pierdan la pista.”
Por su parte, Paco Camarasa, comisario de BCN Negra, escribió al publicarse la primera edición de Sé que mi padre decía:
“Si le gusta el Hammett de Cosecha Roja y La llave de cristal, o el Goodis de Rateros o La Luna en el arroyo, o el Jim Thompson de La sangre de los King, no deberían perderse esta novela. Ni pueden ni deben. Algunos estábamos a la espera de la próxima novela de James Ellroy. Sé que mi padre decía ha calmado la ansiedad. Lo sentimos por él (por Ellroy), alguien le ha subido el listón.”
Saludos cordiales,
Enrique Murillo.
Escritura creativa en la cárcel
- Details
Desde el pasado día 9 de febrero, y una vez a la semana, hasta el 7 de junio organizado por la Comisión Antisida de Álava se está llevando a cabo un Taller sobre Escritura Creativa animado por Javier Otaola dirigido a internos de la cárcel de Zaballa (Alava) para ofrecerles la posibilidad de un acercamiento formativo al mundo de la literatura y a sus géneros, con el objetivo de mostrarles las posibilidades de la creación y de la expresión narrativa no sólo como forma de evasión y disfrute sino también como vía de autoconstrucción y esclarecimiento personal.
El taller repasará los principales rasgos de un relato, el diseño de la trama, el texto y el sub-texto y tratará de responder a cuestiones como la elección del punto de vista, los juegos de la conciencia y la memoria, la literatura auto-explicativa, el yo como personaje —los diarios— todo ello mediante orientaciones teóricas y ejercicios prácticos de lectura y escritura.
La construcción del personaje ocupará una parte sustantiva de la actividad del taller. Una historia, una narración puede tener mucha o poca acción, desarrollarse en una gran variedad de escenarios, tener sexo o no, escribirse en primera o en tercera persona, contar con un narrador omnisciente, o por el contrario narrarse a partir del punto de vista de un testigo, o de uno de los personajes…pero siempre tiene personajes.
La relación del autor con el personaje es compleja pero puede ayudarnos a entendernos a nosotros mismos como personas, nos permite adoptar la visión de EL OTRO y funciona como una especie de psicodrama. El autor tiene que ver el mundo a través de sus personajes, sentir con ellos/ellas sin identificarse necesariamente, tiene que enfrentarles a conflictos y a antagonismos, problemas, tensiones. No hay literatura sólo con buenos sentimientos, una historia nos engancha porque los personajes se ven envueltos en problemas, sufren contradicciones, las cosas se les complican, se les ponen difíciles o imposibles, tienen que tomar trágicas decisiones, hacer opciones morales, se equivocan, padecen, luchan contra su destino y a veces prevalecen sobre él.
El curso pretende concluir invitando a los participantes a la redacción de un texto de auto-ficción en forma de diario —real o inventado—.
Vitoria acoge la muestra del Primer Premio de Poesía Visual Juan Carlos Eguillor
- Details
- Parent Category: Actividades
Se inauguraba ayer en la Casa del Cordón de Vitoria la muestra del Primer Premio de Poesía Visual Juan Carlos Eguillor. Si pincháis en la imagen os podéis descargar el catálogo que se ha editado para la ocasión. Seguidamente, la noticia que aparece en Noticias de Álava:
Tras vivir un completo instante expositivo en el Archivo Provincial, en 2007, la poesía visual dejará desde hoy una nueva huella en Gasteiz. Lo hará hasta finales de marzo en Fundación Mejora con una selección de piezas del I Concurso Internacional de Poesía Visual Juan Carlos Eguillor, impulsado por la Asociación de Escritores de Euskadi.
Una treintena de obras de las 134 presentadas al certamen -fallado el mes pasado- componen la muestra, escogida por un jurado compuesto por María Eugenia Salaverri, Javier Rebollo y Mikel Apodaka. Piezas tanto vascas como procedentes de España, Argentina, Colombia, Perú, Chile y Estados Unidos compusieron el montante visual con el que se midieron sus poéticas pupilas.
El jurado destacó la "capacidad de sugerencia y la sensibilidad con la que cuentan una historia a través de una imagen" de los tres trabajos que se alzaron con el primer premio y con sendos accésits. En lo más alto del podio compositivo, el barcelonés José María López con su pieza Sustento, dos panes convertidos en abarkas. En las otras dos menciones se sitúan H-mbre, una pieza del onubense Manuel Lucas González claramente inspirada en el universo Chema Madoz, y Paisajes de universidad, del cordobés -Cordoba, Argentina- César Leonardo Altamiranda.
Gasteiz será la primera parada de una muestra que viajará en mayo a Bilbao y en otoño a Donosti, y que le valdrá a su ganador una escultura única -como lo son las propias poesías visuales- de Javier Ripa.
Surrealistas y adictos a saltar el límite de la letra escrita, los poemas visuales ya han despertado en algunas ocasiones los pensamientos y sensaciones del espectador alavés, que los disfrutó, bajo el sello de poesía experimental, en una completa muestra en el recinto universitario, completada por otros monográficos como el que ofreció Virginia Lekuona en el Pabellón Universitario. Todavía reciente el primer premio del artista alavés Juan López de Ael en el certamen Ciudad de Badajoz, referente peninsular del género y que, precisamente, fue el encargado de nutrir la ya mencionada muestra en el Archivo Provincial con sus fondos.
Ahora toca una nueva remesa de imágenes con las que dejarse llevar por estas líneas visuales, por estos juegos literarios que pueden crear adicción en el espectador.
Juan Carlos Márquez en 'Territorios'
- Details
- Parent Category: Noticias
Con sus tres primeros libros, 'Norteamérica profunda', 'Oficios' y 'Llenad la tierra', Juan Carlos Márquez (Bilbao, 1967) consiguió ser reconocido como un notable escritor de cuentos. Sin embargo, tras la publicación de 'Tangram' (Salto de Página) ya no es posible circunscribirlo distraídamente a la cuentística. Su nuevo trabajo, aunque deudor de las brevedades, es una novela. La historia, que adquiere la solidez de la buena narrativa, se nutre de distintos géneros. 'Tangram' ofrece humor, terror, suspense, romance y una magnífica galería de tiernos perdedores y tipos poco recomendables que se las ven y se las desean para, cada uno a su manera -alguna muy peregrina- , intentar ser felices. Se trata, en definitiva, de un libro «travieso», en el que, a pesar de la dureza de algunos pasajes, se preserva el carácter lúdico de la literatura.
- Nos habíamos acostumbrado a referirle como cuentista, pero nos ha sorprendido con 'Tangram', una novela que, eso sí, es algo deudora del relato.
- Comencé a escribir 'Tangram' convencido de que en cualquier faceta de la vida los cambios drásticos necesitan a menudo una transición. 'Tangram' era mi transición narrativa, un puente entre el relato y la novela que pretendía beber de de ambos géneros: de la complejidad argumental y estructural de la novela y de la inmediatez y la contundencia del relato. Un puente flexible, ligero, sostenido sobre la idea de agilidad. Una vez escrito el libro, resultó que el puente me interesa tanto como las orillas que une.
- La estructura de la novela se convierte en un elemento narrativo más que genera deseos de saber cómo y cuándo se irán uniendo las piezas?
- Esos deseos, consecuencia de la intriga común que vertebra las historias, me parecen fundamentales para que el libro funcione como conjunto novelesco y también para mantener al lector en un estado de alerta. Sin ese interés del lector por completar el puzzle, 'Tangram' sería una colección de relatos con unidad temática y personajes comunes, un libro muy distinto porque además, al tratarse de cuentos independientes, el tratamiento e incluso el desenlace de algunas historias hubieran sido diferentes.
- Hay en este libro un humor insobornable. Los personajes pueden atravesar situaciones muy difíciles, a veces terroríficas, pero siempre encuentra la manera de introducir algún elemento que nos haga sonreír: surrealismo desmandado, ironía, absurdo?
- Estoy convencido de que no hay ni puede haber vida ni literatura si no es bajo el paraguas de alguna variedad de humor. Incluso en las situaciones más dramáticas, nos tomamos a risa nuestras desgracias. No es raro ver a un mutilado bromear sobre la pierna que le amputaron o a un ciego sobre su ceguera. La búsqueda de la felicidad está siempre ensombrecida por la muerte y quizá por esa razón necesitemos el sentido del humor como un salvavidas al que agarrarnos ante esa certidumbre de la muerte. Creo que si fuéramos inmortales no tendríamos sentido del humor. De hecho, la gente que no tiene sentido del humor ya está muerta, pero no lo sabe.
- En su novela, los elementos de género son muy importantes, pero los trasciende: no resulta sencillo definirla.
- Para mí 'Tangram' es un cóctel de géneros. Hay un poco de thriller, mucho de comedia negra, unas gotas de terror, una pizca de novela policiaca, algo de autoficción?
- En alguna ocasión, ha afirmado que no se conforma con representar la realidad sino que quiere verle las tripas. Ese ejercicio ha cristalizado en pasajes de mucha dureza. ¿Tan mal está el mundo en que vivimos?
- No. Supongo que también existe el bien en el mundo, pero como escritor no me interesa.
- Vive en Madrid hace algunos años, pero se siente usted muy cerca de Bilbao. Del Athletic no hablaremos ahora, pero sí de la importante presencia de su ciudad natal en 'Tangram'?
- Hasta esta novela, Bilbao no había aparecido de manera explícita en ninguno de mis textos. Le debía ya un pequeño homenaje. Bilbao es la ciudad de mi infancia y mi juventud, me fui de allí con treinta años, era inevitable que acabara apareciendo en algún libro. En 'Tangram', si me apura, es un personaje más. Del Athletic quizá me ocupe en el futuro, pero para hacerle justicia tendré que escribir, como mínimo, una trilogía.
El oficio de escribir
- A pesar de lo difícil que es abrirse paso en el mundo literario, hay multitud de personas que quieren escribir. Esto es algo que usted observa en primera línea desde la Escuela de Escritores de Madrid, donde trabaja como profesor. ¿Qué empuja, principalmente, a sus alumnos a matricularse en sus cursos?
- Las motivaciones son variopintas. Hay alumnos con verdadero interés en convertir la escritura en una pieza importante de sus vidas, otros acuden en busca de compañeros con quienes compartir intereses y aficiones literarios, no faltan los que vienen en busca de lecturas provechosas y hay quienes acuden por curiosidad o para relacionarse con otras personas. Entre todos los alumnos que he tenido estos años, los que menos han proliferado son los que quieren abrirse paso en el mundo literario. Es más, los pocos que tuvieron esa pretensión desde un principio, terminaron abandonando pronto.
- ¿Siente usted que hay que sacrificar mucho para poder realizar una carrera literaria?
- No. Yo he ido poco a poco dirigiendo mi vida hacia la escritura y sus inmediaciones, y a medida que lo he ido consiguiendo más que un sacrificio he sentido una liberación. Para mí un sacrificio es hacer durante ocho horas un trabajo que no te motiva o incluso te desagrada.
Aparecido en el suplemento Territorios de El Correo.

Su protagonista es Ismael, un vasco que se largó de su tierra para recorrer mundo, y que es considerado un traidor por los amigos y por la familia. Cuando era camionero en México conoció a una mujer y se casó con ella, y luego se divorciaron. Ella le escribe una carta desde Bilbao, invitándole a regresar para chantajear a un hombre de la buena sociedad, un viejo amigo de infancia de Ismael, que ahora trabaja como abogado en una seguradora de la Gran Vía bilbaína, pese a no haber terminado sus estudios de Derecho, detalle que ella ha averiguado.