Prensa

Entrevista realizada por Radio Praha a la presidenta de la Asociación, Luisa Etxenike, y al secretario, Alex Oviedo, con motivo de su visita al Cervantes de la capital checa entre el 1 y 4 de mayo.

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Reseña aparecida en El Cultural de El Mundo sobre la última novela de Willy Uribe:

"Muy reciente la lectura de la anterior novela de Willy Uribe Cuadrante Las Planas, entro en la nueva, Los que hemos amado, con el temor de verme pillado en otro texto arduo en exceso y con la curiosidad de comprobar qué ha sido de las cualidades insinuadas en aquélla. La sorpresa es monumental. Ahora, Willy Uribe (Bilbao, 1965) hace un relato diáfano, lineal, realista, claro en su sentido y ameno, si cabe decir esto de una historia durísima. En cuanto a los atisbos de narrador facultado, la destreza constructiva, la creación de personajes y la vigorosa expresividad del mundo recreado los confirman.

Uribe cuenta una anécdota de taimada sencillez. Sergio, un muchacho de Getxo abandonado por su madre, prostituta, viaja con su amigo Eder, de respetada y rica familia, al sur de Marruecos. La necesidad de escapar del medio le impulsa a emprender esta expedición al mítico Sur donde espera encontrar la felicidad practicando surf y drogándose. La primera parte de la novela presenta la ida, jalonada por un rosario de llamativas peripecias relacionadas con el tráfico de estupefacientes. La segunda refiere el regreso de Sergio, solo, a Algorta tras ocurrirle sórdidas anécdotas a través de media España. La novela responde al patrón de un relato de aventuras con resonancias formales de la picaresca. Sutiles engaños inesperados la encaminan hacia una narración de intriga.

Este andamiaje acoge un par de líneas temáticas. Una se centra en el retrato de ciertos comportamientos juveniles vinculados con la concreta situación histórica del País Vasco. Uribe muestra el hastío y el sinsentido vital de unos chicos a quienes el mundo niega gratificaciones suficientes. Estos veinteañeros pagan un oneroso tributo a la violencia colectiva y optan por evadirse hasta consumar una marginalidad que conduce al delito. La novela ofrece un amplio repertorio de vidas arruinadas.

Uribe consigue darle plena autenticidad vivencial a un asunto manido, la insatisfacción adolescente. En ello resulta básica la otra línea temática, la relación entre dos seres antagónicos, más que por la insalvable diferencia de clase por sus opuestos caracteres, uno sumiso, Sergio, y otro dominante, Eder. Ambos propician una densa exploración psicológica de extraordinaria intensidad y finura de matices en la que se investigan varias fronteras, las de la lealtad, los intereses y, sobre todo, el gran motivo subterráneo, los afectos indecisos.

Los que hemos amado lleva a cabo una profunda incursión en desazones humanas intemporales de corte existencialista. También recrea un mito sin tiempo, el del fugitivo, con ecos del far west. La historia central y sus ramificaciones la cuenta Sergio desde un punto de vista exterior cuya justificación desvela él mismo al celebrar que en las novelas de su admirado Marcial Lafuente Estefanía no haya tiempos muertos que rellenar de reflexiones absurdas. Algo parecido practica Uribe: escribe una historia directa y sin divagaciones . Este estilo tan sencillo como intencionado y los breves capítulos encadenados producen un ritmo narrativo fluido y dinámico que agarra al lector. Cuando éste quiere darse cuenta de la tragedia, la peripecia aparentemente vulgar de jóvenes desnortados ya se ha convertido en un viaje al infierno.

Reportaje aparecido en el diario Sur sobre Éxito, el último libro de Iñigo García Ureta que ha editado la editorial Trama. Firma el artículo Iñaki Esteban.

"La mayoría de los escritores que hoy gozan de fama y, algunos, de dinero han pasado por el trance: abrir la carta de la editorial a la que se ha mandado el manuscrito y leer que o bien no casa con la línea de su catálogo o que están hasta arriba de libros y no pueden encajar uno más entre sus próximas novedades. Por lo general suelen ser buenas palabras, que a veces esconden los términos más gruesos de los informes de lectura, como éstos sobre la célebre novela 'Crash', de J. G. Ballard: «Para el autor de este libro, toda ayuda psiquiátrica es poca».

Ésta es una de las primeras citas del libro de Íñigo García Ureta 'Éxito. Un libro sobre el rechazo editorial' (Trama). El título está inspirado en una sentencia de Winston Churchill: «El éxito es ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo». El primer ministro del Reino Unido supo de primera mano los momentos de amargura que se experimentan al abrir una de esas cartas. Y no fue el único que, incluso siendo ya persona o escritor conocido, experimentó semejante humillación.

Según cuenta el curtido editor Rafael Borrás en este volumen, él le tuvo que decir a Manuel Vázquez Montalbán que una de las novelas que le había presentado, 'El día en que los navarros conquistaron la Luna', no estaba a su altura y que mejor si escribía otra de Carvalho. En realidad, Borrás pensaba que la obra era «un desvarío onírico» e incomprensible.

El escritor no opinaba lo mismo. Él se veía como un autor de novelas de alcance, tipo 'El pianista', que publicaba policíacas para comer bien todos los días. Finalmente Vázquez Montalbán debió de darle otro repaso a su obra maldita, porque a los pocos meses coincidió con Borrás y le dijo que, en efecto, era muy mala.

 

Espacio LukeReferencia hecha en la revista Luke de abril de la Primer Muestra de Poesía Visual que se está desarrollando en el Hotel Ercilla de Bilbao y que ha organizado la Asociación de Escritores de Euskadi (AEE/EIE). La exposición durará hasta mediados de mayo.

Entrevista a la escritora Fátima Frutos en Diario Vasco tras haber resultado ganadora del último premio Ciudad de Irún de Poesía. La firma Roberto Herrero.

Vive la poesía con pasión y así lo refleja en 'Andrómeda encadenada', el libro en el que continúa la linea erótica de su anterior trabajo y en el que también reflexiona sobre la figura de mujeres que le han impresionado y se deja llevar de la mano por poetas y filósofos alemanes.

-Dice usted que «el objetivo último de este poemario es trazar una mirada en que la felicidad se muestra como una exigencia dentro de la propia vida».

-Esa frase parte de un proceso de reflexión. Buscando en la vida de los personajes que aparecen en el poemario me di cuenta de que la vida se presenta tan dura para tantas personas que, realmente, es una exigencia buscar la felicidad para aquellos que tenemos una vida más fácil, que podemos comer tres veces al día, tener una cama, no pasar frío y tener una asistencia sanitaria. La vida es tan cruel para tantos millones de seres humanos que para quienes tenemos unos mínimos cubiertos es una exigencia buscar la felicidad. La nuestra y la que les debemos a los demás. La felicidad de las pequeñas cosas, no hablo de paraísos, yates y 'honolulus'. Hablo de una plenitud en cada una de las tareas que vas haciendo a diario, buscar el cien por cien de la plenitud.