Publicaciones

El escritor navarro Mikel Alvira presentó ayer en Bilbao su nueva novela, Cuarenta días de mayo. La obra, centrada en la Pamplona de 1955, cuenta tres historias paralelas: la de Manuel Videa, activista llegado desde el otro lado de la frontera que pretende atentar contra Franco, aprovechando la visita de este a la capital navarra; la del inspector Serrano, que recibe la orden de detener el complot; y la de Margot, inflexible compañera de Manuel, que tendrá que cumplir su más difícil misión. Todo ello llevará a una creciente tensión narrativa y un laberinto de emociones que atraparán al lector durante los cuarenta días que duran los preparativos del magnicidio. El ejemplar, de la editorial Ttarttalo y de 272 páginas, se puede adquirir al precio de 20 euros. Alvira ya transitó la frontera entre dos territorios, a través del tiempo y de una saga familiar, con El silencio de las Hayas, y ahora vuelve a debatirse en otra frontera, la que separa el bien y el mal, con Cuarenta días de mayo.

Aparición de la reseña de la primera novela de Daniel Barredo, El viaje a Budapest (Berenice) en Babelia. Pinchad en la foto para descargar el pdf.

Reseña de Daniel Barredo en El País

 

Mar de pirañasEl diario ABC reseña el nuevo libro de Menoscuarto, Mar de pirañas, en el que Fernando Valls ha seleccionado varios escritores de microrrelatos. La reseña selecciona los cuentos más pequeños de la antología bajo el título: "Diez microrrelatos en menos de 72 palabras".

 

"Los libros, los cigarrillos, tu hijo y sus juguetes, el rostro de tu esposa", de Pedro Ugarte:

Estás en casa, y es de noche, y apagas la última luz. Qué extraño: de pronto todo desaparece.

 

"Olfato animal", de Álex Oviedo:

Es ya de madrugada. En el ático, la vecina se deja mecer, anclada a su butaca, por las imágenes del televisor. El volumen del noticiario se cuela entre las persianas de los pisos. Un perro aúlla a la oscuridad. Ha sido el primero en vencer la muerte.

La editorial Luces de gálibo publica el nuevo libro de Kepa Murua. O como dice el poeta vasco:Escribir la distancia

La poesía es una conversación con el infinito, una confesión de otros lugares, de otros países, de otras tierras, sin límites geográficos ni históricos, un diálogo del individuo ante un tiempo que no tiene principio ni fin y que se presenta con un eco que une todas las distancias posibles. Escribir su distancia es, por tanto, necesario; intentarlo, al menos, inevitable.

Quizá sea así el amor.
Un oscuro licor
que nos atraviesa el cuerpo
desde la garganta
hasta los pies.
un aguardiente inesperado
que nos deja sin voz
en la mitad de la frente.
Un veneno necesario
que desde el placer de los sentidos
nos lleva al silencio
dejándonos temblando y sin habla.

“Porque escribir es seguir una distancia que pocos comprenden con el ruido de las cosas que se dicen o el maltrecho significado de las que se pronuncian.”

 

Fernando Aramburu (escritor) ha prestado su barrio y los recuerdos de infancia a 'Años lentos', su novela más reciente y último Premio Tusquets. La historia, ambientada en San Sebastián durante los sesenta, está contada desde la mirada de un niño que llega a una ciudad bajo la grisura franquista, pero en la que ya se incuba el fenómeno etarra. El escritor guipuzcoano protagoniza hoy (20.00 h.) un encuentro del Aula de EL CORREO en el que conversará con el historiador Fernando García de Cortázar. El acto, que tendrá lugar en el Salón El Carmen de Bilbao, cuenta con la colaboración de Tusquets Editores.

- Dibuja una sociedad dócil, una población que no se cuestionaba el régimen.

- Existía un férreo control y una paz impuesta. La gente se dedicaba a lo suyo, no estaba politizada. Era una época en la que pasaban pocas cosas, muchas menos que ahora. Yo así lo recuerdo, aunque a finales de los sesenta ya se percibía la decadencia de la dictadura y el torbellino político que se avecinaba.

- La novela tiene un planteamiento de comedia que se agria a medida que se desarrollan los acontecimientos

- No es deliberado, sino que se trata de una manera de entender las cosas. Estamos inmersos en una realidad con diferentes colores y yo tengo una tendencia natural hacia el humor, excepto cuando trato el dolor ajeno. Tengo una visión entrañable y ridícula de nuestra experiencia humana.

- «Me lo había imaginado diferente». Es lo que confiesa un personaje que se integra en ETA cuando emprende una penosa huida. ¿Eran ingenuos los terroristas?

- Recuerdo que se hablaba de vecinos que habían huido a Francia con un cierto halo de mitificación. Cuando Julen se aleja del barrio, se diluye, no sabemos por qué vuelve del exilio y ese misterio se abre a la interpretación y conjeturas del lector.

- El regreso del militante caído en desgracia ante sus antiguos compañeros evidencia la hostilidad ambiental, una ley de acoso y silencio que sustituye a la anterior pasividad ante la dictadura.

- Guardar silencio y no ponernos en peligro es una reacción que se encuentra en el instinto animal. Cuando Franco estuvo en el poder contestar era peligroso, a uno lo maltrataban en comisaría, así que los primeros atentados contra el régimen generaron simpatía porque sentimos que nos podían liberar. Pero cuando se dirigen contra personas sin vínculos con la dictadura se vuelve doloroso y triste.

- En su novela, el cura del barrio ejerce una influencia decisiva sobre los más jóvenes, los adoctrina políticamente. ¿Hubo sacerdotes que gestionaron mal su ascendiente sobre los fieles?

- Hablamos de una figura de ficción inspirada en otras que existieron, personas que en vez de difundir la palabra de Dios, anteponían la ideología al amor del prójimo, que no actuaron en función de la moral cristiana.

- ¿Existe el riesgo de que se dé carpetazo al pasado, una tentación favorecida por la pesadilla de la crisis económica?

- Algunos que han sido agresores pueden pensar que lo mejor es levantar la alfombra y meter dentro todo lo lamentable, una solución muy negativa para el objetivo de construir una sociedad pacífica. Quien detenta el poder tiende a remodelar la historia, pero algunos escribimos para que quien quiera simplificar o negar no lo tenga fácil.

- ¿Cree factible que se pida perdón?

- Sería muy positivo que todos esos que usaron pistolas pidieran perdón y garantizaran que no van a ampliar nunca más el dolor causado. No es fácil, exige valentía mirar a los ojos de viudas, huérfanos y mutilados, una dimensión humana que no se ha tenido cuando se han empuñado armas.

- ¿Sigue manteniendo que los escritores en lengua vasca permanecen cautivos?

- En ese artículo que menciona se desvirtuaron mis declaraciones y la mitad de mis reflexiones no aparecieron. No quise ofender a nadie. Es evidente que algunos no fueron libres, que llevaron escolta, que hubo crímenes y se quemaron librerías, y que otros se situaron en zonas de silencio. Lo extraño es decir lo que se quiere cuando impera el terror.

Procede de El Correo.