Esther Zorrozua quería contar en «Fuga para un pianista» (Alberdania) una historia de amor. «Se dice que detrás de un gran hombre suele haber una mujer y pensaba que desde el siglo XX también sucede al revés. Empecé de ahí, pero después de escribir unas cien páginas murió la mujer, el hombre quedó solo y surgió otro tema: cómo vivir la vida con dignidad hasta el último momento».

El hombre se siente solo, vacío. Pronto va a cumplir 90 años; todos sus amigos han ido muriendo, con la familia tampoco tiene una relación muy estrecha y, por lo tanto, elige a una persona de fuera para arreglar su situación, porque es una persona que necesita ayuda. «Nunca ha tenido amigos íntimos, siempre ha vivido un poco solo, sobre todo tras morir su esposa. Entonces, decidió que continuaría su camino solo, sin la ayuda de nadie. Y, tal vez, eligió el camino equivocado».

Desde el punto de vista del editor, Jorge Giménez Bech, dejando a un lado el tema, lo más atractivo de este libro es la manera de contar que tiene Zorrozua, cómo aborda este complicado tema que tiene tantas aristas, cómo lleva al lector como en un paseo por el bosque.

Aparecido en Gara.