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Ostras para DimitriSerá el jueves, día 16 de febrero, a las ocho de la tarde, en la sala de la cúpula del teatro Campos Elíseos, (calle Bertendona, 3) en Bilbao. La presentación correrá a cargo del escritor Fernando Marías. La entrada es libre y sin invitación. Para abrir boca, una breve sinopsis: "Pacho Murga, señorito bilbaíno pijo y amoral, muy venido a menos (que ya protagonizó las exitosas novelas Alacranes en su tinta y Voracidad), cumple condena en la prisión de Salto del Negro. Allí conoce a Dimitri Urroz, un personaje ambiguo y explosivo, mezcla de ruso y navarro, que se convertirá en su protector y le complicará la vida en una aventura itinerante con escalas en un surrealista marco rural del norte de Navarra y el Moscú más excesivo. El tema de la novela, la permanencia de la culpa y su imposible exoneración, se articula a través de una trama oculta que se va revelando poco a poco, al igual que sucede con la traición, hasta un desenlace afilado como el borde de la concha de una ostra.
Ostras para Dimitri es una novela de Juan Bas, lo cual quiere decir que el lector se encontrará con una arriesgada y conseguida mezcla de novela negra, esperpento picaresco y tragedia. Presidida, como siempre es seña de identidad del autor, por un elaborado sentido del humor ácido y negro.
Ostras para Dimitri, absorbente, ligera y a la vez profunda, es la novela de madurez de un personaje y de un novelista con mirada y estilo propios."

Hoy, 7 de febrero, a las 19:30 horas se presenta en la Casa del Libro de Bilbao (Urquijo, 9), la primera novela de Pedro Tellería, Un asunto muerto, publicada por Arte Activo. Ayer salía una entrevista en Noticias de Álava firmada por David Mangana. La foto es de Jorge Muñoz.

Cuando se sumerge en la ficción, Pedro lo hace con todas las letras. Incluso su formato de Word asemeja la cuadratura propia de una página de libro, para evocar los efluvios de la edición. Hace siete años, tras firmar en su momento -como es menester evolutivo- esos clásicos relatos post-adolescentes que preceden a todo escritor, decidió zambullirse de lleno en el blanco. "Quería probarme en la narrativa de manera profesional", recuerda, aunque sus primeros pasos los holló en el campo de la prosa poética. "Yo nací a versos".

Pedro Tellería, un asunto muerto

Tellería viaja al pasado para recordar el germen del proceso. Retrocede como lo hacen los protagonistas de su primera narración, Lozano y Quiroga, un dueto atrapado por las melodías de un flashback, conjugado en presente a través de un juego entre la memoria y los mecanismos psicológicos. Podría haber sido una novela de sus adorados Greene o Le Carre, pero el autor y crítico gasteiztarra asegura que "no quería hacer una obra de suspense, de intriga".

Quería hacer una novela, y su semilla central -cuatro capítulos de los seis finales- surgió de una tacada. Dos años después, un cambio de domicilio y una Semana Santa dibujaron la excusa perfecta para retomarla y comenzar a apuntalar su volumen, ése que ha derivado en una novela corta. O en un cuento largo, como quieran leerlo.

Tras publicar la colección poética de Radiograma 31, Tellería siguió cultivando diversos manuscritos, y también se puso el buzo del oficio con los cimientos de este trabajo. Control de los ritmos, pulido de adjetivos... Hasta los nombres de los protagonistas variaron convirtiéndose en los definitivos Lozano y Quiroga. "Funcionan desde el punto de vista de la eufonía, son palabras llanas, que no rompen". Su propio Tellería hubiera funcionado en este rango de búsqueda sonora.

Se percibe en todo ese proceso una herencia de sus estudios y sus quehaceres. De su formación en Hispánicas y Teoría de la Literatura -también estudió Derecho- y su labor como profesor de Lengua y Literatura -también imparte Latín-. Hay un control exhaustivo de la palabra y su forma, del hilo y la intención. El género, por ejemplo, lo elige de entrada. "Sí, soy muy racional creando, incluso más de lo que me gustaría ser".

No lo es tanto el protagonista de la novela, un redactor del montón que recibe la propuesta de un presunto terrorista: contarle una historia. ¿Pero es el redactor el verdadero protagonista o lo es su interlocutor? ¿O quizás el tercer hombre -tributo a Greene- sobre el que gira todo? "El impulsor de la historia no es el que narra, que se ha convertido en un testigo, en víctima".

Con extensión de novela breve, un género predilecto para Tellería -entre otras cosas, por su proximidad "a la sociología contemporánea"-, el trabajo va desarrollando el tira y afloja entre Lozano y Quiroga. Si se le pregunta por vapores que le sugieran el ambiente que respira el libro, Tellería propone un toque minimalista, posmodernidad -"pero sólo en las formas"-, los trazos visuales de Tarkovsky o unos cuentos recientemente leídos de Stevenson. Pero las referencias de alguien que lee, ve, escucha y dialoga varían constantemente. Mañana podrían ser otras. Mañana, un libro puede ser diferente.

Aquel diálogo inicial del primer esbozo deriva en reflexión a través del macguffin de la intriga. "Quería plantear cuestiones morales y era un buen género para hablar de ello", reconoce. Pero que nadie espere un laberinto policiaco. Lo que subyace es el ir y venir de la balanza entre libertad y pertenencia. Como en el Lazarillo de Tormes -el Tellería profesor vuelve a tomar las riendas-, el quid, lo que reconcome al protagonista, reside en una cuestión: "¿Por qué me cuenta esto?".

Tellería cuenta porque sigue disfrutando metiéndose en la piel de sus personajes, estableciendo metáforas soterradas -últimos días del año, un pantano, una presa...- en los paisajes de la historia, saltando del pasado al presente con la máquina del tiempo que alimenta el carburante de la tinta, de la imaginación. "Cada día me gusta más la ficción".

Es por eso que en verano aprovechará para "rescatar algún manuscrito o bien para crear algo nuevo". Pero, antes, toca disfrutar del nacimiento de Un asunto muerto (Arte Activo), que se mantenía sin presentar formalmente hasta este último párrafo. Un final para un principio. La última página siempre es el comienzo de otra primera.

Ya está disponible la edición de bolsillo de Muerte dulce, la última novela de Félix G. Modroño. Leyendas ancestrales, mujeres enamoradas y falsas apariencias se enredarán en esta trama que editó Algaida en 2009 y que vuelven a contar como protagonista con Fernando de Zúñiga. En abril, Modroño verá publicada su próxima novela: La ciudad de los ojos grises.

Muerte dulce

La novela de la historiadora bilbaína Ascensión Badiola recupera y actualiza la figura del militar guipuzcoano. Aparecido el 22 de enero en Deia:

ES citar a Zumalacárregui o a los carlistas y a todos los lectores les vendrá a la mente parte de la memoria que, paradójicamente, pocos conocemos bien. El nombre de una calle de nuestros pueblos, la imagen romántica de aquel general, también los sentimientos contrarios hacia sus ideas. Sin embargo, una vez más, para mal y para bien, hablamos... sabiendo muy poco.

Durante estos días, los escaparates muestran una nueva y esclarecedora referencia literaria. No es un ensayo. Lleva por título La bala que mató al General y hace referencia a aquel militar llamado Tomás de Zumalacárregui, nacido en Ormaiztegi y fallecido en Zegama tras haber sido herido de muerte en la toma de Bilbao. La autora de esta novela, Ascensión Badiola Ariztimuño (Bilbao, 1961), remonta al apasionado lector a los siglos XVIII y XIX a través de una trama en la que hurde espionaje, intriga y alta política de la primera Guerra Carlista.
La bala que mató al General, la segunda novela de Badiola, es una historia de ficción alrededor del general guipuzcoano, "un héroe a caballo entre la leyenda y el romanticismo de una guerra completamente olvidada en nuestros días", enfatiza la prolífica escritora vizcaina, que en 2011 publicó tres libros.

En esta novela, Badiola ha buscado, sobre todo, entretener con una historia impactante y también resucitar la figura de "uno de los generales más respetados por sus propios enemigos, por su rectitud y honradez y por la forma que tuvo de poner en jaque a los soldados de la reina con apenas un grupo de campesinos que no estaban preparados para la guerra", expone la también escritora de La ría de los franceses. Zumalacárregui reunió a los partidarios carlistas y organizó un ejército que utilizó la guerra de guerrillas como táctica para intentar otorgar la sucesión al trono a Carlos María Isidro de Borbón, tras la muerte de Fernando VII.

La novela publicada por De Librum Tremens narra, además, la forma en que ocurrieron los sucesos alrededor de este hombre, que no es, sin embargo, el personaje central de la novela. No obstante, la autora se ha documentado debidamente con abundante bibliografía, entre la que ella destaca la obra de Karl Friedrich Henningsen, el oficial inglés que luchó junto a Zumalacárregui. Aquí han tenido un papel importante los archivos digitales de la Fundación Sancho el Sabio y las visitas al museo dedicado a este icono en Ormaiztegi, pueblo natal del general. Con ello, Badiola aporta información puntual de quiénes fueron los carlistas, relata las acciones de Viana y de Alegría, entre otras, y cómo se desarrolló el conflicto hasta la muerte de este militar.

EL HIJO FUSILA AL PADRE El arranque del libro deja con la boca abierta al lector: un oficial carlista fusila a su padre, soldado cristino. Con ello, la autora sumerge a quien adquiere el libro en una historia de intriga y espionaje que pretende desvelar a lo largo de sus páginas el litigio mantenido entre los dos protagonistas de ficción, padre e hijo, y para ello recurre a narrar una trama de alta política, que mantiene en vilo al lector hasta la última línea.

Y es que quién no ha oído hablar de algún antepasado carlista o ha sentido la curiosidad en algún momento por saber con concreción quiénes fueron y qué papel representaron a lo largo de la historia. Pues bien, La bala que mató al General, además de entretener con una lectura amena, que atrapa, ofrece la posibilidad de obtener información de una parte de la historia reciente sin hacer ningún esfuerzo supletorio. De algún modo, Badiola aporta su grano a la tan en boga memoria histórica, como hiciera hace escasos meses con el interesante ensayo Cárceles y campos de concentración de Bizkaia (1937-1940), que incluye nombres de más de 9.000 represaliados por el franquismo.

"La parte de la historia que más me apasiona es la contemporánea, del siglo XVIII en adelante. Actualmente, estoy escribiendo una novela que tiene que ver con la guerrilla en la Guerra de la Independencia, pero será más bien para 2013, de cara al 200º aniversario de la victoriosa batalla de Vitoria, que supuso la expulsión definitiva de José I Bonaparte", avanza Ascensión a DEIA.

Las ventas de este relato con el general Zumalacárregui como uno de sus protagonistas van a buen ritmo. "Estamos muy contentos", valora esta licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales y diplomada en Estudios Avanzados de Historia. Su trama cabalga por el género histórico, la intriga, el espionaje, la política y también la psicología profunda de los personajes en conflicto. "Sí, nos sumergimos de lleno en una de las guerras más crueles del siglo XIX", valora Ascensión, que deja con la intriga al lector al preguntarle qué bala fue la que mató al general Zumalacárregui: "Eso me lo tendrás que contestar tú cuando hayas finalizado de leer la novela. Si en Estados Unidos hubieran tenido un personaje tan interesante como él, a día de hoy ya le habrían hecho una película. Sin duda".

Irlanda, Espido FreireIrlanda, la primera novela de Espido Freire (Bilbao, 1974), que ya había obtenido varios premios internacionales, aparece ahora en inglés de la mano de la editorial "Fairy Tale Review Press" de EEUU.

Traducida por Toshiya Kamei, la novela ha comenzado ya ha recibir excelentes críticas de la prensa especializada.

Irlanda se publicó en 1998, de la mano de Planeta, cuando la autora sólo contaba con 23 años, y atrajo inmediatamente la atención de público y crítica. Desde entonces no ha dejado de reeditarse, y Planeta planea un nueva edición en mayo de 2012.

Translated from the Spanish by Toshiya Kamei. "Sagrario died in May, after much suffering." So begins Espido Freire's haunting novel IRLANDA, with a sentence that is bright and troubled at once, just like its hero. After the death of her sister Sagrario, young Natalia has been sent by her mother to spend the summer helping her two teenage cousins (Roberto and the beautiful, "perfect" Irlanda) do minor repairs to the family's decaying country house. Its fairy-tale "tower and chapel...stood crumbling, crawling with vermin." Jealousy, displacement, and loss: these classic themes are twisted and laid bare in a pristinely told mystery story. This beautifully translated book is the first to be published in the English language by one of Spain's youngest and most celebrated authors.

"Exquisite...fascinating...stunning. IRLANDA unfurls like a rose with a ring of gleaming white teeth inside, poised to snap."—Stacey Richter