Hace tres o cuatro años la editorial Bruguera lanzaba al mercado un título cuando menos sugerente: El arte de rechazar una novela, de Camilien Roy. En él, y con un humor rayano en la negrura, el escritor canadiense reunía casi un centenar de cartas de editores en las que comunicaban a un autor que le rechazaban su obra. Roy lograba crea una voz distinta para cada una de las 99 cartas (algunas tan hirientes como para llegar a decir “Por el bien de todos, haga usted el favor de dejar de escribir antes de que esto acabe mal”), y lo que es más difícil, elevaba la negativa a los altares del arte. Pongo como ejemplo el libro del norteamericano porque en breve estará en las librerías Éxito. Un libro sobre el rechazo editorial, de Iñigo García Ureta, que va a publicar Trama Editorial dentro de su colección ‘Tipos Móviles’. Abriendo el volumen aparece un comentario hecho por David Oshinsky en No Thanks, Mr. Nabokov, en el que apunta que se ha perdido “el arte de redactar verdaderas cartas de rechazo”. De ahí que en la actualidad los rechazos sean prácticamente idénticos y no como aquella respuesta que Alfred Knopf envió a un eminente historiador de la Universidad de Columbia en los años cincuenta: ‘En esta ocasión no procede ser amable’, decía la carta. ‘Su manuscrito jamás formará parte de nuestro catálogo. En su momento dudaba yo de que el tema valiera un pimiento, pero hoy ya no me cabe la menor duda. Déjenos en paz, MacDuff.’ García Ureta ha sabido conjugar en su libro anécdotas verídicas como el intercambio de correspondecia entre un autor rechazado (“Me dan pena y asco. Suerte con sus bazofias”) y una editorial, análisis de las razones que llevan a un editor a dar la espalda a un manuscrito o a darle la bievenida, ejemplos de rechazos que han marcado la historia de la Literatura (novelas como Rebelión en la granja, de George Orwell o Juan Salvador Gaviota, de Richard Barch, también fueron rechazadas en su día, pese a que hoy se sigan reimprimiendo; o El señor de las moscas, de William Golding, todo un Premio Nobel). Aparecen además las respuestas a una encuesta que el autor planteó a editores, escritores o agentes literarios a partir de preguntas como “¿Cuál es a tu juicio la mejor anécdota de rechazo?” O “¿Qué dos consejos darías a cualquier autor que acaba de ser rechazado?”. Una manera de explicar pormenorizadamente el complejo mundo del rechazo editorial que García Ureta ha tratado con rigor y sentido del humor.

Aparecido en Pérgola, enero 2011